Los Seises del Salvador
La recuperación de una tradición musical
Desde la Navidad de 2008, un coro de niños seises solemniza con su canto todas las misas dominicales y las funciones principales que se celebran en la Capilla del Salvador. Con este acto quedó restablecida una tradición musical que arranca desde la misma concepción de esta capilla panteón de Francisco de los Cobos, el secretario universal del emperador Carlos V. Esta acción fue posible gracias a la previa restauración del órgano dieciochesco de la capilla y ha sido sucedida por la integración en el coro de los antiguos niños seises que dejaron de cantar en los años setenta, de suerte que hoy este coro es una agrupación mixta de voces blancas y adultas que evoca la capilla musical creada por la viuda de Francisco de los Cobos, María de Mendoza, en 1568.
La música ha estado presente en la capilla del Salvador desde el mismo momento de su concepción, pues ya en las primeras condiciones que Diego de Siloé dio para la construcción de su nave y capilla mayor, en 1536, se puede leer que el entablamento que circunda toda la iglesia habría de servir “de andén por donde se andará por lo alto de toda la capilla mayor e la nave de la yglesya e asy mesmo podrá esto servir para musyca de organos o de menestriles altos”. Poco después, su fundador, Francisco de los Cobos imponía a los capellanes como referencia en la organización del canto, la misma fundación real que a Siloé le había servido para el diseño de la fachada, pues les dice que deben cantar “por la misma orden e manera que se dice e canta en la Capilla Real de los Católicos Reyes de Granada”.
Gines de la Jara Navarrete en su Historia de Úbeda en sus documentos (T. V, p. 68) asegura que ya en 1559, después de su consagración y del traslado del Santísimo desde el primer proyecto de panteón familiar, la capilla de la Concepción de Santo Tomás, la Capilla del Salvador fue dotada con cantores y músicos.
No obstante, la organización definitiva de la capilla de música se produce con las nuevas constituciones que a la institución otorga su patrona, María de Mendoza, viuda del Comendador Mayor, en 1568. En ellas se establece que además del organista y de los seis mozos de coro que ya existían, la capilla musical estaría compuesta por otras cinco capellanías que habrían de ocupar un maestro de capilla y cuatro cantores con voz de tiple, contralto, tenor y bajo (M.A. Marín López. Nada se decía en ellas de los ministriles, por ser lo habitual que no formasen parte del clero, aunque actuaban juntamente con los capellanes. También fijó la patrona la forma en que habían de proveerse las vacantes enviando “edictos a las iglesias cathedrales de Granada, Toledo, Jaén y Sevilla e a otras, e venidos los que opositaren, muestren su habilidad y examinándolos el capellán mayor, se elijan los más aviles y de mejores bozes y costumbres”. Por último, aunque se mantiene la referencia granadina, se amplían los posibles modelos: “Y también mandamos que el organista sea obligado a tañer dobles mayores y dobles menores los domingos y días acostumbrados […] assi como es costumbre facer en la Capilla Real de Granada e Iglesia Mayor de Jaén e otras Catedrales”
La Capilla Musical así formada, además de cantar en las ocasiones que las constituciones preveían, también actuó en ocasiones muy extraordinarias, aunque solo de algunas nos ha llegado noticia: en la declaración de San Juan de la Cruz como segundo Patrono de Úbeda en 1675; en la proclamación de Luis I en 1724; en el Corpus Christi en 1744; en la proclamación de Fernando VI como Rey de España en 1746; durante la proclamación de Carlos III en 1759; en los nacimientos de los infantes Carlota Joaquina, María Amalia y Carlos Eusebio entre 1775 y 1779; en la proclamación de Carlos IV en 1789. Más recientemente, una capilla musical ya más reducida constituida por niños seises actúo para el Papa Pablo VI, en el año 1974, acto que constituyó en cierto modo el canto del cisne de esta tradición tan vinculada a la historia de la capilla del Salvador.
Aunque apenas nada sabemos del instrumento primitivo al que sustituyó el actual órgano dieciochesco, sí sabemos que el órgano era la pieza central de la capilla musical. Por eso, a raíz de la conclusión de la restauración de este instrumento en el año 2008, realizada bajo el asesoramiento de un antiguo niño seise y catedrático de clave del Conservatorio Superior de Música de Valencia, Rodrigo Madrid Gómez, la Fundación se propuso restituir la tradición musical vinculada a la Capilla del Salvador, recuperando el coro de voces blancas que, como se ha dicho, había sonado en ella hasta los años setenta. De esta forma, desde la Navidad del 2008, un coro de niños seises solemniza las misas dominicales y las de las funciones principales celebradas en la capilla del Salvador.
Posteriormente, en 2014, gracias a un reencuentro de antiguos niños seises, aquellos que habían cantado para Pablo VI, entre ellos surgió la idea de recuperar y recrear la capilla musical tal como en estuvo formada en el Renacimiento, con las voces blancas de los seises y las voces graves de los que en su niñez fueron seises. Así, hoy la capilla musical “Los seises del Salvador” es una formación coral mixta, compuesta por voces blancas (niños y niñas) y adultos, al cargo de la maestra de capilla María Jesús García Sánchez y el organista Emilio José Alejo Martínez especializada en repertorio litúrgico que abarca desde música tradicional hasta repertorio clásico y renacentista. Si las voces blancas intervienen en todas las misas dominicales, el grupo completo lo hace al menos una vez al mes en misa dominical y excepcionalmente ha actuado en festivales benéficos, en conciertos de Navidad y Fiestas del Renacimiento en Úbeda, en celebraciones eucarísticas en las catedrales de Córdoba y Guadix, en el FEMAUB 2018 y 2019, en el Festival Vandelvira desde 2020 y recientemente en la iglesia del Sagrado Corazón en Roma.