Torre de San Miguel das Penas
Monterroso, Lugo
San Miguel das Penas es un conjunto arquitectónico emplazado en la ladera Sur de la Sierra de Pol, a cuatro kilómetros de Monterroso, en la provincia de Lugo, y está formado por tres edificaciones: torre, palacio e iglesia.
El actual Pazo, —uno de los más representativos de la Comarca de Ulloa y de la provincia de Lugo y de los que mejor conservan los rasgos primigenios de sus diferentes funciones militares y agrícolas—, es producto de la agregación de diversas edificaciones desde la plena Edad Media hasta el siglo XVIII y conserva en muchos de sus muros, las más significativas pinturas murales de tema profano de Galicia y unos esgrafiados inéditos para la cultura gallega.
Aunque poseemos muy pocos datos sobre la historia de este monumento, del análisis de sus elementos arquitectónicos se deduce que tiene la peculiaridad de ser el resultado de un proceso constructivo inverso al habitual en los pazos gallegos. Si la pauta normal es la construcción de una torre de defensa a la que posteriormente se le agregan otras construcciones, en este caso, la construcción primitiva es una nave central —que por las saeteras que tiene debió tener funciones militares— a la que después se adosarán, primero la torre y sucesivamente dos naves laterales. La existencia en los muros perimetrales de la nave central de sendas saeteras que apuntan hacia espacios que hoy son interiores rebelan con claridad esta secuencia.
Aunque la precedencia de esta nave central respecto de la iglesia no es tan clara como respecto de la torre, la técnica de construcción de la primera, con sillarejos y ripios revestidos con una basta argamasa de barro, invitan a pensar que esta edificación es contemporánea o anterior a la capilla que está enteramente construida con sillares y en la que hay algunos elementos arquitectónicos idénticos a los de dicha nave. Dado que la capilla, aunque ampliada y muy transformada posteriormente, data, al menos, del siglo IX , pues fue donada por Alfonso III el Magno a la catedral de Lugo, la nave central podría datarse en torno a los siglos VIII-IX. En dicha nave central, sobre la basta argamasa de barro que sella los intersticios de los sillarejos, se descubrieron unos dibujos incisos (esgrafiados) cuyas representaciones esquemáticas de danzarinas, guerreros y cazadores han sorprendido a cuantos especialistas las han analizado, por no guardar analogía alguna con lo que hasta hoy se conoce de la cultura gallega, lo que hace su datación muy aventurada.
Mucho después, posiblemente en el siglo XIV, se agrega la torre del homenaje que tiene planta ligeramente rectangular, consta de sótano y tres plantas y está construida con sillares graníticos colocados en hiladas formando muros de gran espesor, . En su cara Norte está la puerta de acceso con dintel sobre ménsulas y arco semicircular. Destacan, en su exterior, dos ventanas ajimezadas de arcos trebolados ojivales en sus caras Sur y Oeste y un saliente sobre ménsulas con tejadillo de sillar que probablemente fuera una letrina en su cara Este y, en su interior, las pinturas murales de la primera y segunda planta con motivos decorativos diversos que van desde decoraciones geométricas, hasta decoraciones figurativas que representan motivos vegetales, escenas de caza o mitológicas, como el Juicio de Paris.
La nave lateral, posiblemente del S. XVI, con sótano y primera planta, de piedra de sillería, está también profusamente decorada con pinturas murales de diversos motivos heráldicos y simbología genealógica entre los que destacan los escudos de las casas de los Ribadeneira y Taboada.
Las últimas construcciones efectuadas en el pazo se realizaron ya en los siglos XVIII y XIX con el fin de habilitarlo como vivienda del párroco. Estas adiciones posteriores, realizadas en fechas difíciles de determinar, sirvieron durante más de medio siglo, entre 1915 y 1968, como residencia del erudito y poeta en lengua gallega D. Teolindo Cortiña Toural, párroco de San Miguel das Penas.