La planta y su significado simbólico
La fusión de la herencia clásica con la del mundo cristiano
En la Sacra Capilla del Salvador, Diego de Siloé hace una evocación de la arquitectura de la Antigüedad, tanto a través de sus referentes clásicos como de la asimilación de los modernos modelos del renacimiento italiano, que conocía de primera mano por su estancia en Italia. De esta forma, participaba de la ambición humanista de fundir la herencia clásica con la del mundo cristiano, aspiración que también está presente en el programa iconográfico de esta capilla, y que podría ser el concepto que mejor definiera este templo.
Su planta resuelve de forma ejemplar la articulación de dos espacios diferentes en uso y funciones: un cuerpo longitudinal de una sola nave, espacio de oración de los fieles según el modelo de basílica romana, y una rotonda en su cabecera, símbolo funerario cuyo arquetipo es el Panteón de Roma. Siloé, como en el mausoleo imperial de Granada, hace así una evocación ideal del Santo Sepulcro de Jerusalén, integrando en un mismo espacio los dos que aisladamente configuraban dicho templo constantiniano: la basílica y la capilla funeraria. Esta planta, en palabras del profesor Chueca Goitia, «resulta de la mayor claridad y armonía geométrica y los espacios resultantes producen un efecto de grandiosidad interior y al mismo tiempo de escenografía sorpresa, pues la vista queda como sorbida por la atracción de la gran rotonda, que se ensancha tras el estrangulamiento del arco triunfal con efecto de teatro«.
La referencia: Leon Batttista Alberti
Tradicionalmente se ha considerado este esquema general de la planta o como una reducción del modelo de la Catedral de Granada o como una reiteración del de la napolitana Capilla Caracciolo en la que Diego de Siloé estuvo trabajando hacia 1517. Sin embargo, la armoniosa y perfecta concatenación de formas geométricas en esta planta, que depura el simbolismo funerario de la de Granada, evoca de forma mucho más inmediata algunos precedentes foráneos que el arquitecto burgalés pudo conocer en Italia. El referente más claro es el modelo de rotonda que Leon Battista Alberti proyectó, por encargo de los Gonzaga, señores de Mantua, para la Iglesia de la Santissima Anunziata de Florencia en el que, con las limitaciones impuestas por las construcciones preexistentes, retomó el esquema general de su malogrado proyecto de capilla funeraria para Segismundo Malatesta, cuya planta tiene sorprendentes similitudes con la de esta Capilla.