El origen de esta pieza de principios del Imperio, réplica romana de un original griego del siglo IV a. C., se remonta al Hermes Propylaios, así conocido por su ubicación en los propileos de la Acrópolis de Atenas, que fue obra del discípulo de Fidias, Alcámenes, y que se caracteriza por una larga barba de mechones ondulados verticalmente, tres hileras de rizos en la frente y boca entreabierta. Ya en época griega surgieron numerosas variantes de este Hermes. Esta pieza pertenece al tipo Warocqué, así denominado por el Hermes de la colección del industrial belga Raoul Warocqué, hoy en los museos reales de Bruselas.