Retrato de Antonia Toledo y Colonna, VI duquesa de Medinaceli.

El original está firmado y fechado en 1607, año en el que la retratada estaba embarazada del que será, desde la cuna, duque de Medinaceli, pues su padre murió, un mes después de su nacimiento. Por ello,  el cuadro debió pintarse un poco antes, en el verano de 1606, con ocasión de su boda en el monasterio del Escorial, y rematarse en el año de la inscripción. La vestimenta y la pose son las mismas que el que, cuatro años antes, el pintor de cámara del rey había hecho de Catalina de la Cerda, I duquesa de Lerma, con la única diferencia del cortinaje rojo del fondo. En el palacio ducal de Medinaceli en Soria, edificio más de administración y representación que de residencia, se exponía una galería de copias de retratos conservados en otros palacios de la Casa. Este, de las mismas dimensiones que el original, debió ser uno de ellos y en él la retratada, por voluntad o torpeza del copista, parece de mayor edad que en el original, en el que tendría poco más de quince años.