Pantoja de la Cruz, Juan

Natural de Valladolid (1553), en Madrid fue discípulo de Sánchez Coello, primero y de Jorge de la Rua, después con el que viajó a Francia. A través del primero —a quien sucede como pintor de cámara del rey Felipe II, convirtiéndose en el retratista oficial de la corte con el cambio de monarca— seguirá la línea del retrato de corte, de representación, que introdujo Antonio Moro e hispanizó su maestro Sánchez Coello, caracterizado por ser fundamentalmente de cuerpo entero y algo idealizado y en los que, —al decir de su mejor conocedora, María Kusche—, el mayor problema era encontrar el equilibrio entre la idealización y el parecido con el retratado cuya memoria había de perpetuar. En sus retratos destaca la minuciosidad a la hora de mostrar los encajes, vestidos o joyas, situando a la figura en pie y sobre un fondo oscuro. Se interesó también por la temática religiosa, atraído por los juegos de luz y el realismo. Falleció en Madrid en 1608.