Fundación Casa Ducal de Medinaceli

En su historia

Un prelado áulico

Este edificio comenzó a construirse en 1541, por encargo del Cardenal don Juan Tavera, en una coyuntura ideológica y artística singular y efímera, lo que hace especialmente necesario distinguir entre el proyecto que pudo concebir el fundador y el edificio e institución hospitalaria finalmente ejecutados pues, al extenderse las obras durante más de setenta y cinco años, estos últimos son el resultado de las decisiones tomadas no por el cardenal, sino por los distintos albaceas de sus bienes y de su memoria en contextos intelectuales y artísticos diversos.

Según la versión más tradicional, el Cardenal Tavera perseguía emular el mecenazgo de algunos de sus predecesores en el arzobispado de Toledo y en la gobernación del Reino de Castilla, especialmente el del Gran Cardenal Mendoza y su Hospital de la Santa Cruz. Aunque es evidente que el cardenal Tavera concibió el hospital como un monumento a su memoria, no lo es menos que quiso vincularla a una institución organizada conforme a las nuevas ideas sociales de raíz erasmista que circulaban en la corte del Emperador Carlos V y que proponían, desde una concepción novedosa de la sanidad, la mendicidad y la caridad, dedicar las instituciones hospitalarias exclusivamente al cuidado de los enfermos, dispensándolas de su función medieval de albergue de pobres.

Cuando el Cardenal concibió la idea de fundar un hospital general era ya un hombre sexagenario que acababa de ser nombrado Inquisidor General y de dejar, con el propósito ilusorio de consagrarse a su diócesis toledana, la Presidencia del Consejo de Castilla, institución que Carlos V denominaba "la columna de mis reinos".133 Después de haber recorrido todos los grados de los cursus honorum civil y eclesiástico, había alcanzado la cima de su poder. Fallecida la Emperatriz Isabel en mayo de 1539, cuando el Emperador anunció que volvía a abandonar Castilla para sofocar la rebelión de Gante, dejó la regencia nominal a su hijo Felipe, un niño de doce años, y la gobernación efectiva a quien era el personaje más importante de la monarquía tras el Rey, el Inquisidor General, quien recibió instrucciones y poderes similares a los que años antes había tenido como regente la Emperatriz.

Una nueva "política social" 140

Desde entonces, nadie en Castilla tenía más conocimiento y poder que él para abordar un problema antiguo que, desde principios del XVI, había adquirido proporciones nuevas: la capacidad de las ciudades de asimilar el flujo de personas que las cíclicas crisis agrarias expulsaban de los campos. En el siglo XVI, el problema de la pobreza era sobre todo un asunto urbano que preocupaba especialmente al patriciado de las grandes ciudades. Como Presidente de las Cortes, el Cardenal Tavera, había tenido ocasión de escuchar muchas veces la recurrente solicitud de los procuradores de aquéllas de establecer medidas de control de la mendicidad y del vagabundeo.

Las malas cosechas de 1539 habían agravado el problema. En marzo de 1540 el Cardenal escribía al Emperador "En todo el país hay poco pan y en algunas provincias nada" y en el verano siguiente le adjuntaba un memorial sobre las medidas que habrían de tomarse en Madrid para remedio de los pobres. Carlos V respondió aprobando lo realizado y animándole a superar las "dificultades" que surgirían al implantar en el reino unas nuevas medidas de asistencia social que desde hacía veinte años se habían extendido por las ciudades europeas, desde Nuremberg (1522) hasta Genova (1539). Alguna de ellas, como la de Ypres, habían sido calificadas por los teólogos de la Sorbona de "piadosas y saludables" y servido de modelo para el Edicto Imperial de 1531 que extendía estas medidas a todas las ciudades de los Países Bajos.

El aliento del Emperador le animó, por una parte, en su condición de gobernador, a promulgar una ley de pobres, que la historiografía conoce como Ley Tavera, que sin prohibir la mendicidad,141 la restringía y que sobre todo perseguía proteger a la infancia marginada y eliminar "la mendicidad a través de la recta administración de las rentas de las instituciones de beneficencia"142 y, por otra, como arzobispo de Toledo, a poner en práctica las nuevas ideas de asistencia social en su archidiócesis y más concretamente en la capital imperial, Toledo, proyecto en el que, solamente en 1540, su contabilidad nos informa que invirtió 45.000 ducados y 33.000 fanegas de trigo y en el que se inscribe su idea de hospital general.

Un Hospital General para "los tocados de diferentes enfermedades"

El profesor Santolaria resume el contenido de las reformas sociales implantadas en las ciudades europeas en cuatro puntos de los que tres están presentes en el proyecto hospitalario del Cardenal Tavera:143

  • Centralización de todos los recursos de asistencia de las instituciones benéficas, sean públicas, privadas o eclesiásticas, en una institución general. Este es el proyecto que se deduce de la carta de 5 de febrero de 1541 por la que el Emperador da permiso para que se ejecutara y felicita al cardenal por su idea de fundir las pequeñas instituciones caritativas toledanas en un único "hospital muy espacioso y capaz, donde fuessen albergados los tocados de diferentes enfermedades".135
  • Secularización de la administración de las instituciones de beneficencia. El cardenal, por via testamentaria, deja el patronato de la Fundación San Juan Bautista, rectora del Hospital, a su sobrino, el Mariscal de Castilla, Ares Pardo de Saavedra y no a una institución eclesiástica.
  • Clasificación o discriminación entre pobres y enfermos y dentro de los últimos " una enfermería particular para los heridos y llagados; y otra para los enfermos de contagiosas; otra asimesmo para las otras enfermedades comunes y ordinarias; y otra para la dozena de pobres enfermos que tuvieren enfermedades incurables; y otra enfermeria para convalescientes", tal como reza el borrador de los primeros estatuos redactados antes de la muerte del Cardenal.159

Para llevar a cabo el proyecto se solicita al Ayuntamiento un solar situado extramuros, para evitar el contagio de la población, que debía "de tener aire y agua limpios, ser seco y pedregoso, limpiado por abundantes vientos y no quemado por soles".134

La arquitectura de la nueva Antiguedad

Elegidos los terrenos, el proyecto se encargó a Alonso de Covarrubias, Maestro de Obras de la Catedral Primada y Arquitecto de los Reales Alcázares quien se enfrentaba a su gran obra. Era la primera vez que tenía un proyecto sobre un gran solar sin más condicionantes previos que su saber e imaginación. No había ninguna construcción preexistente, ni tan siquiera un modelo arquitectónico preconcebido pues, como ya hemos visto, las concepciones sociales que habían dado origen a la planta cruciforme, introducida por los Reyes Católicos en sus hospitales generales, habían cambiado aunque sólo fuera efímeramente.137

Covarrubias entendió desde el principio, como demuestra su primer plano conocido, que el modelo que mejor se adaptaba a los propósitos del Cardenal era la gran casa privada romana de doble patio descrita por Vitruvio y que él conocía a través de un grabado de Fra Giocondo da Verona. En coherencia con esta vuelta a los modelos clásicos, renunció al decorativismo plateresco para poner toda la composición al servicio de la proporción y la simetría, iniciando así el camino de una arquitectura desornamentada que desembocará en la sobriedad de El Escorial y que ha valido a este monumento el calificativo de primer edificio del Renacimiento en Castilla.

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Cronología

Previsualización de la cronología del Hospital

Este eje cronológico está concebido como instrumento didáctico que, a modo de paseo virtual a través del tiempo, permita recorrer rápidamente la historia del edificio desde su construcción hasta la actualidad.

Está concebido en cuatro niveles contextuales que de abajo a arriba son: la historia de la Casa de Malagón, la del propio edificio, la de Toledo y la general. 

Cada momento de la historia del monumento está ilustrado con unas fotografías situadas en primer plano que al pulsarlas dan acceso a una breve explicación de un aspecto concreto.

En el fondo, como escenario espacio-temporal, aparecen imágenes de otros edificios toledanos construidos aproximadamente en la época que indica el ancho que ocupan.

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