
Descripción
La peculiar diversidad estilística de este espacio que reúne armónicamente elementos góticos, mudéjares, renacentistas y románticos, es producto de sucesivas intervenciones sobre un patio rectangular, con eje en la capilla y porticado únicamente en sus lados cortos, construido a fines del s. XV por Pedro Enríquez y Catalina de Ribera. Su hijo Fadrique, el peregrino a Jerusalén, inició su transformación renacentista: amplió sus dimensiones haciéndolo cuadriforme, abrió galerías en sus cuatro costados, sustituyó los pilares de ladrillo por columnas genovesas y colocó en su centro la fuente marmórea adquirida también en Génova. A Fadrique, le hereda, en 1539, su sobrino Per Afán, quien además de enriquecer sus esquinas con las cuatro piezas principales de su colección escultórica (véase nº 4), dispuso en su derredor una galería de bustos de personajes de la Antigüedad que, a modo de espejo histórico, reforzase la idea de continuidad entre la fundación de Roma y el nuevo imperio de Carlos V. Ya en el s. XIX, se introducen novedades al gusto romántico, como la apertura de un acceso en su centro, la sustitución del suelo de barro por mármol y la colocación de nuevos ajimeces pseudo-nazaritas.