La Fundación Medinaceli adquiere el Arco del Postigo para un futuro museo sobre las puertas de Sevilla

10 mars 2025

 

Les Fundación Medinaceli ha adquirido el inmueble que alberga el Arco del Postigo de Sevilla, un espacio que ha estado vinculado a la Casa Ducal de Medinaceli hasta 1903.

La Fundación tiene la intención de desarrollar en este pequeño inmueble un proyecto expositivo dedicado a la historia de las murallas y de las puertas de la ciudad, así como al oficio al que estuvieron vinculadas: el Alguacilazgo Mayor de Sevilla y su Tierra. Para ello, la Fundación contará con el valioso fondo documental del Archives de la Maison ducale de Medinaceli y recurrirá a técnicas de realidad virtual que permitan ajustar el discurso al espacio disponible. 

El oficio del Alguacil Mayor de Sevilla 

La Vara de Alguacil Mayor de Sevilla y su Tierra fue concedida por el rey Felipe II al II Duque de Alcalá mediante Real Privilegio otorgado en San Lorenzo del Escorial el 23 de septiembre de 1589. Es el último de los oficios que perfeccionan el papel político que esta casa ejercía en Sevilla y su reino desde la concesión a Per Afán de Ribera el Viejo del Adelantamiento Mayor de Andalucía.

La importancia de este cargo tenía su reflejo en el privilegio de poder entrar armado en el Ayuntamiento, en la prelación que le correspondía en los actos públicos y en la firma de documentos y en el número de oficiales que nombraba.  La labor principal de los alguaciles consistía en vigilar día y noche, especialmente en las inmediaciones de la muralla y sus arrabales. Por esta razón, tenían en su poder las llaves de todas las puertas de la ciudad y la posesión de las viviendas anexas a ellas.

 La supervivencia del Postigo del Aceite 

La decadencia del oficio de Alguacil Mayor y de sus rentas está estrechamente relacionada con el declive económico de la ciudad y de su función comercial, lo que explica que, en el momento del derribo de las puertas de Sevilla, fuera esta la única de las viviendas habitada. Gracias a que el XV duque de Medinaceli ignoró el ruego municipal para que instara el desahucio del inquilino, el postigo se libró de la piqueta.  

En 1886, la propiedad pasó a su hijo, el II Duque de Tarifa, quien, en 1903, la vendió a un señor que cuatro años después la revendió al abuelo de los propietarios a quienes la Fundación ha comprado.

 Esta iniciativa reafirma el compromiso de la Fundación Medinaceli con la conservación y difusión del patrimonio histórico y cultural de Sevilla, sumando este proyecto a otros monumentos, como la Maison de Pilate.