Conocido fundamental, aunque no exclusivamente, como cronista de eventos de la historia napolitana, de sus revueltas y pestes, Domenico Gargiulo, más conocido por Micco Spadaro, destacó también como fino pintor de paisajes y brillante ilustrador de escenas de la vida cotidiana partenopea, grupo al que pertenece este lienzo que representa un día de bulliciosa actividad en el espacio históricamente conocido como Foro Magno o Campo Moricino en el que desde la época angevina se localizaba el mercado.
Esta obra figura en el numero 87 del inventario de bienes elaborado a la muerte del IX Conde de Santisteban, virrey de Nápoles entre 1687 y 1696. Su autor, el pintor y tratadista, Antonio Palomino, la valoró en cien doblones, cuatro veces más que la otra vista con la que compartía número en el inventario, probablemente su “pendant”, el Palacio Real de Nápoles de Angelo María Costa.
La fuente que aparece en el centro de la plaza fue construida por el virrey, conde de Oñate, en 1653, sustituyendo a un monumento que evocaba la revuelta de Masaniello de 1647, y es uno de los elementos que han permitido datar con mayor seguridad el cuadro. Algunos de los recursos pictóricos que utiliza el pintor son muy similares a los que había empleado en 1647 para ilustrar, en el mismo espacio, la mencionada revuelta, razón por la que los especialistas en su obra han fijado hacia 1654 la fecha de su ejecución (G.Sestieri y B. Daprà, 1994, p. 292). No obstante, en este lienzo la perspectiva es más amplia y consigue una sensación mayor profundidad pintando con más detalle y precisión las alineaciones edilicias que dirigen la mirada hacia la iglesia del Carmen, con su esbelto campanario y el Vesubio al fondo, y reforzando las líneas horizontales, con la alineación de los toldos de los tenderetes y de los grupos de personas, que pierden densidad conforme se alejan. Las variadas escenas con que ilustra la actividad del mercado pueden ser de gran interés para el estudio de la cultura material, las costumbres y la vida social de la época.
Cette toile, ainsi que le reste de la collection de la maison de Santisteban, est passée à la maison de Medinaceli en 1789 par le mariage de la troisième duchesse de Medinaceli avec le treizième duc de Medinaceli, une collection qui, comme elle était en grande partie liée par un droit de succession, a été conservée dans son intégralité jusqu'à sa division juridique à la fin du XIXe siècle et sa division physique au début du siècle suivant.
